Garúa en la ciudad (fragmento de una novela del 2009)


Aquel día la aceptó. Había esperado tanto para es beso, pero al conseguirlo le llegaron las dudas. Amaba a otra y ahora la olvidaba con una extraña, que era más que un simple gusto, una sombra pasajera. Él lo sabía, pero necesitaba una mujer que llenase el vacío de su amada.

Fue en su cumpleaños, en su casa. Ella llegó clara y simpática. Él sabía que aquello no llenaba su corazón. Se engañaba a sí mismo; aún así la tomó como su enamorada, pensó que fue bueno su proceder. Ahora no tenía otra cosa que hacer. Había cometido un error.

Era un error haber reemplazado a Verónica por María. Abner de pronto sintió inconformidad y nostalgia. Volver a empezar era su anhelo. Querer a alguien solo para olvidar, era desconocido, que más le quedaba, todo le empezaba de maravilla.

Verónica, hermosa y radiante le comunicó que lo vería el día viernes, a la salida.
En su colegio Abner experimentó la indecisión (cosa que tenía por costumbre). Al ver a María su estado cambio de pronto, quiso retroceder el tiempo. Ya era tarde. Una decisión apresurada mataba su corazón; aun así se le acercó.

-María, estás fantástica hoy –dijo Abner, sin darle ánimos a sus palabras.

Mirándolo de distintos lados, María percibió algo de timidez en Abner, quiso evadirlo pero lo quería de alguna forma.

-Gracias –se limitó a responder.

Se vivía el cuarto año de secundaria en el Colegio “Tupac Amaru” del distrito. Abner era ingresado de otro colegio de provincia, pero no era natural de allí. Se adaptó muy bien el ambiente grotesco que emanaba dicho colegio.

El profesor ingresó de una manera rápida, dictó y salió como si no hubiese estado nadie, como si las carpetas estuvieran llenas de gente indeseable. Así lo tomó Abner, pero al contemplar los ojos negros claros de María, su amargura de estar allí, desapareció.

Ella sentada tres carpetas más atrás, lo esquivaba constantemente. La fama de “pendejo” que se había formado Abner, le molestaba mucho. Todo era debido a los excesos de Abner; de “gilero” con todas las chicas del salón, Ya que Abner no era feo sino agraciado y la falta de originalidad le hizo copiar de una manera nada obvia a ciertas personas de diferentes entornos. Además llamar la atención de una manera irónica era su método.

A Verónica se le vio en casa de Abner a las dos de la tarde. Se plantó muy atractiva y coquetona, en la puerta del colegio. Esperaba a su “hombre” en la hora de salida.

Verónica lo vio salir del portón negro, con la cara lavada y la camisa celeste. Sólo quiso parecer genial al decirle a Verónica con la mano, que se acercará. María vio el gesto al pasar con sus amigas, no quiso hacerse notar y se demoró con ellas en salir. Muy pocos supieron lo que pasó esa tarde.

Como a las dos de la tarde, Abner y Verónica se encaminaban hacia la casa de éste. De vez en cuando Abner miraba al colegio queriendo salir donde se encontraba María. Ella se había ido en su colectivo, ya se encontraba en casa cuando Abner se encaminaba para su hogar.

Abner llegó a casa y la gente los vio con caricias y besos nada moderados. Ese día la madre de Abner se encontraba en una entrevista de trabajo, así que estarían solos casi toda la tarde.
Los amigos vieron a la blancona de Verónica, pensaron que Abner lo “haría” con ella.
Ella esperaba en la puerta, cuando el suertudo Abner le dijo que pasará, después la puerta se cerró.

Los amigos que miraban las escenas ya descritas esperaban algún ruido de la “faena” que tendría lugar en la casa de Abner. Se quedaron sentados en la capota del auto rojo del vecino evangélico, en la otra esquina frente a la casa de su amigazo. No se oía nada, se acercaron, pusieron hasta una oreja en la puerta, pero nada, se retiraron de tanto esperar.
Dentro de la casa, estaban ambos, besándose. Uno con pasión y la otra con orgullo. Luego conversaron ambos:

-Verónica, eres la mujer más increíble que he conocido -dijo sin saber lo increíble que le había mentido.

-Eres un tesoro, Abner, eres lo que vales -le dijo con esos ojos hermosos que tenía.

-Que hubiera sido de mí, sino fuera por lucero que te conocí -dijo y se apartó un poco de su boca.

-Si Abner, sino fuera por ella no estaría con el chico más perseguido y buscado -diciéndolo, Verónica se sentía como la mujer más seductora del mundo.

-Ahora, quiero que hagas algo por mí -dijo Abner, mirándola a los ojos y muy serio.

-Ajá -le contestó la seductora, que imitaba sonidos eróticos.
-Quiero que poses así, para retratarte en mi papel y en mí… corazón -dijo burlonamente Abner.

-¿Qué? –casi se da un resbalón Verónica- ¿No sabía que te gustaba dibujar?

-Claro que sí, ponte así por favor –le dijo esto y mostrándole la pose sexy.

Por dentro, Abner se reía. “¿Qué pensará Verónica?”, se dijo. Verónica por dentro pensaba que era un idiota Abner.
Abner, se dio cuenta de lo rápido que podía caer Verónica, tuvo la visión de su madre encontrándolo, así que ni se arriesgo.

El dibujo iba bien, creo un momento mágico entre artista y modelo, tanto que Verónica quedó hipnotizada con la mirada de su dibujante.
Abner tenía todo preparado, mientras ella se acomodaba para la siguiente postura, él puso unos aromatizantes afrodisíacos. Este actuar movió el corazón de la tan superficial y alocada chica, mientras Abner le recitaba sus versos propios la amada se enamoraba por el imán característico de Abner.
La casa entera se combino con los aromas de los innumerables flores de la mamá de Abner, era una mezcla armónica y gratificante. Continuaron los besos después de todo. Verónica no quiso soltar a su artista. Pero Abner recordó que tenía muchas cosas que hacer y que la señora Elizabet (su madre) lo pondría a trapear con la lengua, sino encontraba las cosas bien.
Despidió a Verónica de la manera más sutil posible y ésta prometió volver otro día y estaba tan extasiada que le pidió que la próxima vez le cantase algo romántico. Ella se fue, con ganas de más pero al fin Abner le hizo entender su situación.

Prendió la radio de su cuarto, sintió la emisora romántica y se lanzó en su cama a dormir. Limpio un poco de su cuarto y bajo para prender el equipo de sonido de la sala. Una canción triste sonó en la radio. Se desplomo en el mueble, mientras escuchaba, le vino el recuerdo de Maria Solari.
Sonó la puerta y Abner la abrió pensando en su madre, diciendo: “Pasa, recién he llegado. Ahora limpio”. Su receptor le respondió distinto:

-¿Abner, que hablas? –dijo Basilio

-¡Basilio!, que haces por aquí, amigo del alma –saludó a su amigo que tenia dos años sin verlo.

-Solo venia de visita, es que ahora mi prima ocupa este lugar de aquí –dijo señalando desde afuera una casa pintada de blanco

-¿Primo, como has estado? .Déjame contarte lo que me ha pasado – dijo Abner.

Y empezó a contar la historia hasta que al exagerar un poco, Basilio le interrumpió para decirle:

-pero…. ¿Cómo se te ocurre hacer eso? , ¡¿Cómo dejas escapar una preciosura así?! .

Abner, no se avergonzó. Se disculpo diciendo que respetaba su casa y que el recuerdo de Maria lo tenía confundido.
Basilio le cambio de tema y le empezó a contar sus años en otro distrito. Abner le invito lo encontró en la refri, se pasaron riendo y recordando cuando siendo niños se conocieron.
Basilio conocía muy bien de modales, se fue sin que Abner le insinuase que se vaya.
“Las cosas se convierten en incertidumbre, la vida se acaba sin ella. No siento alegría, ni dolor, no siento ni compasión por mi mismo.”

Le haya afectado de una manera muy extrema estar separado de Maria. Todas las ideas que tenía las escribía en su escritorio, maltratando así un regalo de su tía fallecida.
Sonó de nuevo la puerta, la volvía ha abrir pensando de nuevo en su madre ausente. ¡Pero no! ¡Era ella!

Comentarios

  1. mmmm.. buen texto, es de una ¿novela?, ¿cuento?, me encantó, es más me animo a comprarla =)!! quiero saber como acaba!!!!! jaja

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  2. Era tu novela jeje te doy todos los créditos.. la verdad me encanta mucho el argumento, pues tus personajes son jóvenes, así como nosotros -porq aunq tenga 19 soy jovencísima xP-, y sobre todo el comienzo, ya que dejas al lector prendido de la historia, deseando saber qué seguirá, bueno al menos sucedió así en mi caso, me dejaste con las ganas de continuar y seguir el rumbo de los acontecimientos. Gracias por mandarme el cuento hasta el capítulo 5 ¿verdad?, no he tenido tiempo de leerlo todo, pero ya lo tendré y podré hacer una mejor crítica.

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  3. Garua! chevere tio aun espero que me pases a mi correo la novela entere hasta donde la has esccrito, solo h podido leer el primer capitulo

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